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Elephant, Gus Van Sant (2003)


Elephant es una obra de Gus Van Sant inspirada en la masacre que tuvo lugar en el instituto Columbine, en Colorado, EEUU. Esta película, nos plantea cuestiones como la violencia intrínseca de la cultura norteamericana y su influencia sobre la juventud. Sin embargo, consideramos que pone en evidencia temas analizables desde la perspectiva de género.

Gus Van Sant es uno de los precursores del New Gay Cinema Movement y, aunque esta obra no pertenezca a tal movimiento, podemos ver que su identidad homosexual también está presente en Elephant. Nuestra hipótesis se basa en el cuestionamiento de la masculinidad y los estereotipos que la sustentan, por lo que es fundamental tener en cuenta el contexto de su creador.

Para empezar, es primordial fijarse en el cartel de la película, que ya nos da pistas acerca de dos elementos esenciales para entender el sentido último de nuestro análisis: el elefante y John, el chico rubio.
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En el cartel hay un gran elefante rojo y superpuesta una foto de John, siendo consolado con un beso en la mejilla, por Acadia, otra chica del instituto. Por un lado, tenemos el elefante, que aparece en una de las escenas clave para nuestro análisis, y que más tarde explicaremos. Por otra parte, tenemos el toro, que representa a John.

John es un personaje masculino que, a diferencia del resto, no encaja en los cánones masculinos que la película subraya constantemente (violencia, futbol, videojuegos, etc.). Esto se enfatiza con el toro de su camiseta. El toro, generalmente es un símbolo viril que representa la masculinidad, pero en este caso, se emplea para resaltar la fortaleza psicológica de John y sus atributos positivos. Desde el principio, John se nos muestra como un chico sensible, preocupado y protector con su padre alcohólico (se ve de manera clara en la escena de secretaría en la que miente sobre por qué ha llegado tarde a clase).

Además de John, hay otro personaje que en cierto modo rompe con los estereotipos de género. Se trata de Michelle, una chica acomplejada que no encaja en el canon femenino, representado por otras chicas que aparecen en la película.

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Para contraponer tanto la personalidad de John como la de Michelle, la siguiente escena 
se sitúa en el campo de fútbol americano, donde se plasman a la perfección los estereotipos sociales: los chicos en primer plano, fuertes, jugando con violencia al fútbol, mientras que al fondo del plano, las chicas calientan. En este momento Michelle irrumpe en el plano, haciendo que la puesta en escena la relacione de manera directa con los chicos. Finalmente va corriendo a donde el resto de las chicas, el lugar que le corresponde socialmente.


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La primera escena clave es en la que aparece John, solo, llorando en una habitación, probablemente por los problemas con su padre. La cámara en primer plano arrincona a John en una esquina y se centra en su expresión. Poco después, aparece Acadia, quien se acerca a consolar a John, sin que cambie la posición de la cámara respecto al chico.

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John no tiene reparo en reconocer que estaba llorando, algo "poco masculino" dentro de la lógica de la sociedad patriarcal. Además, es la chica quien consuela al chico, reafirmando la misma idea.

Este momento aparece en la portada de la película, lo que nos lleva a pensar que se establece una dicotomía entre el toro y el elefante.

Gus Van Sant tituló la película Elephant con la idea de homenajear la obra de Alan Clarke (1989), con el mismo título. Esta película muestra una sucesión sin diálogos de 18 atentados y se realizó como obra de denuncia al terrorismo. Van Sant creía que el título de la película venía de la famosa fábula de los ciegos y el elefante, que trata de seis ciegos que tocan diferentes partes de un elefante, cuya moraleja es que nuestra verdad es solo la porción de realidad que percibimos. El director admitió haberse confundido, pues en realidad, la película de Clarke tenía este título por el dicho popular an elephant in the room, que alude al no-reconocimiento de los problemas grandes ("como un elefante"), tanto personales como sociales.

Resulta curioso que el propio Van Sant hizo un mapa marcando el recorrido de los personajes dentro del instituto, creando la forma de un elefante. Su idea era partir de la ubicación real de cada uno de los personajes el día de las asesinato: todas las figuras irían describiendo sus movimientos acorde con sus actividades de ese día, cruzándose entre sí. 

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El único momento en el que se nos muestra directamente una imagen de un elefante es en la habitación de Alex, mientras este toca el piano y Eric le escucha, otra de las escenas que consideramos clave para este análisis. El elefante representa a los dos asesinos. Por dos motivos; por un lado, en el cartel aparece el elefante rojo, como la sangre de la matanza, por el otro, este plano nos muestra literalmente un dibujo de un elefante en la habitación. An elephant in the room. Literalmente.

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La relación entre estos dos chicos no se especifica en la película, pero, podemos intuir que sienten atracción sexual entre ellos. Para mostrar esto, Van Sant deja caer detalles a lo largo de esta escena.

En primer lugar, emplea una secuencia grabada con steadicam donde hace un giro de 360º. Durante la película solo hay otro momento en el que se utiliza este recurso, el Gay-Straight Alliance Meeting al que va Acadia tras consolar a John. En esta escena también es interesante el diálogo que mantienen los estudiantes acerca de cómo se identifica a una persona homosexual; ¿con un brazalete?, ¿al igual que los nazis con los judíos?



En segundo lugar, Alex está tocando Für Elise una canción que compuso Beethoven para su gran y único amor. Alex está tocando el piano, una acción ligada a la sensibilidad y la belleza, algo totalmente opuesto al comportamiento violento que este personaje acabará teniendo. Eric entra en la habitación y le dice que suena muy bien, iniciando así una escena marcada por el tonteo entre estos dos personajes.

Van Sant humaniza a los asesinos, lo que ayuda a que el espectador conecte con ellos, como con el resto de los personajes. Por eso funciona la escena de la ducha en la que Van Sant desnuda a ambos personajes física y emocionalmente.



En la escena del piano, sin embargo, Van Sant insinúa que, a pesar de la aparente humanidad que muestran los personajes, tienen un lado oscuro. Alex empieza a tocar Moonlight Sonata, la misma canción que funciona como un réquiem tras la escena del campo de futbol, cuando dos víctimas de la matanza, Michelle y Nathan, entran en el instituto que será el lugar del que nunca volverán a salir. Alex termina la canción de manera brusca y le hace una peineta al piano; ¿es una manera de mandar a la mierda al mundo que les hace sufrir?

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En este plano también podemos observar un dibujo de lo que parecen dos robots, máquinas sin sentimientos, pero con cierto aire de homoerotismo. ¿Alude este dibujo a Eric y Alex? Mientras Alex y Eric esperan a que les lleguen las armas que han comprado por internet, la cámara se para detenidamente en el documental que están viendo.

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Con esto, Van Sant pone en relación el nazismo con la compraventa de armas en Estados Unidos. Es contradictorio que dentro de la cultura norteamericana estén normalizadas las armas mientras que la ruptura de estereotipos heteropatriarcales se mira con extrañeza.

Aunque existen otros análisis válidos posibles, consideramos relevante que, por la propia personalidad de Van Sant, cuestiones como la búsqueda de la identidad sexual y los roles de género están presentes durante toda la película, además de otros problemas de la adolescencia.





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